El legendario baterista de metal extremo Nick Barker —conocido por su paso por bandas como Lock Up, Brujeria, Dimmu Borgir y Cradle Of Filth— ha revelado en una reciente entrevista con el podcast Pod Scum que actualmente enfrenta uno de los mayores desafíos de su vida: una insuficiencia renal crónica en etapa cinco, la fase más avanzada de la enfermedad.
“En este momento de mi carrera estoy lidiando con un fallo renal completo”, comentó Barker. “Estoy en diálisis tres veces por semana, cuatro horas cada sesión. Eso prácticamente consume mi vida. Pasé de estar viajando constantemente, tocando en distintos lugares del mundo, a vivir atado a una máquina. Antes podía estar hoy en Nueva York, la próxima semana en Sídney y después en Ámsterdam o Londres. Ahora que no tengo eso, valoro mucho más lo que significaba. No me daba cuenta de cuánto lo daba por sentado.”
El baterista explicó que lleva en tratamiento desde enero de 2023 y que ya ha sido incluido en la lista de espera para un trasplante en Vancouver, Canadá. “He pasado todas las evaluaciones médicas, solo tengo que bajar unos 10 o 15 kilos antes de que puedan operarme”, detalló. El procedimiento consistirá en implantar un nuevo riñón sobre uno de los suyos, en lugar de reemplazarlos por completo.
Respecto a cuándo podría realizarse la cirugía, Barker es realista: “Estoy en lista de espera. Podría recibir una llamada mañana o dentro de un año. Es un juego de paciencia... literalmente tengo que esperar a que alguien muera.”
A pesar de su condición, Nick continúa vinculado a la música, aunque reconoce que no puede tocar con la misma frecuencia. “Sigo tocando la batería, pero no tan seguido. Necesito a alguien con quien ensayar, eso me inspira. Puedo hacer ‘playthroughs’ todo el día, pero sin un guitarrista lanzándome riffs, no es lo mismo. Solo, me aburro después de veinte minutos.”
Con 52 años, Barker comenzó a tocar la batería a los 13, iniciando su carrera profesional en 1993 al unirse a los íconos británicos del black metal Cradle Of Filth. Tras cuatro discos y giras mundiales, pasó a Dimmu Borgir en 1999, donde alcanzó mayor éxito comercial y consolidó su reputación como uno de los bateristas más precisos y brutales del metal extremo.
Su trayectoria no se limita a sus bandas principales. Barker ha sido un músico de sesión prolífico, colaborando tanto en estudio como en directo con grupos legendarios como Testament, Old Man’s Child, Exodus, Brujeria, Gorgoroth, God Seed, Anaal Nathrakh y Benediction, entre muchos otros.
El músico británico ya había hablado de sus problemas de salud a comienzos de año, relatando cómo su vida cambió radicalmente tras enfermar: “Pasé de recorrer el mundo cada mes a quedarme atrapado en casa. Me tomó medio año asimilarlo, sentía que estaba en prisión.”
Barker contó también que los primeros síntomas comenzaron durante una gira en Estados Unidos, donde terminó internado diez días en cuidados intensivos en Carolina del Norte. “Fue grave. Me mostraron la factura: 98 mil dólares. No pagué nada porque, al no ser ciudadano y no tener seguro, firmé un formulario de exención. Pero igual me lo enseñaron, solo para que supiera cuánto costaba salvar mi vida.”
A pesar de todo, lo que más extraña es no poder girar. “Cuando has vivido de eso toda tu vida adulta y, de un día para otro, se detiene, te deja la cabeza hecha un lío.”
Incluso recordó un incidente en un crucero metalero entre Florida y las Bahamas: “Tuve un ataque de pánico durante el show. Los paramédicos me dijeron: ‘Mil dólares por el oxígeno’. Estaban ahí, viéndome ahogarme. Les grité ‘¡al carajo!’ y abrí las puertas de emergencia como si fuera una escena del Titanic”, recordó entre risas.
Hoy, mientras enfrenta una batalla silenciosa contra la enfermedad, Nick Barker mantiene viva la pasión que lo impulsó desde adolescente: la música. Aunque los escenarios hayan quedado en pausa, su espíritu sigue golpeando tan fuerte como sus baquetas.
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