En una reciente aparición en The Sonic Road Podcast, el bajista Bobby Landgraf adelantó varios planes importantes de Corrosion Of Conformity para 2026. Entre ellos, una gira por Estados Unidos junto a Clutch prevista tentativamente para abril, seguida de un extenso recorrido europeo entre junio y julio. Pero la gran noticia llegó cuando Landgraf confirmó que el sucesor de No Cross No Crown (2018) será nada menos que un doble álbum, un proyecto que la banda llevaba tiempo queriendo materializar.
Durante la conversación con el presentador Beau McGranahan, Landgraf profundizó en la experiencia de grabación junto al prestigioso baterista Stanton Moore (Galactic), describiendo un ambiente creativo explosivo y lleno de energía. Según comentó, la convivencia de dos semanas en el estudio casero que Pepper Keenan tiene en Mississippi fue clave para encender la chispa de este nuevo material. Allí, Landgraf y Moore trabajaron codo a codo, sin distracciones, registrando todo lo que surgía y encontrando una química musical que —según Bobby— elevó su manera de tocar el bajo a un nivel completamente distinto.
Moore ya había trabajado con la banda en In The Arms Of God (2005), y su estilo volvió a influir profundamente en las nuevas composiciones. Landgraf insistió en que la forma de tocar del baterista, con esa mezcla tan particular de groove y fuerza, terminó impregnando todo el álbum.
El bajista también explicó cómo se tomó la decisión de lanzar un disco doble: durante las sesiones de composición terminaron con 15 o 16 canciones, quizá incluso más. Cuando llegó el momento de entrar a grabar, simplemente decidieron registrarlo todo. Keenan, confiado en la visión global del proyecto, le planteó a la discográfica que debía tratarse de un lanzamiento doble, y la respuesta fue inmediata: “Háganlo”.
A partir de ahí, la banda se volcó por completo en las grabaciones, lo que permitió dar forma a un concepto mucho más amplio y detallado.
Según Landgraf, Pepper Keenan desarrolló una idea conceptual muy sólida, donde cada lado del álbum funciona como una entidad distinta, con grupos de canciones que se conectan entre sí para formar una narrativa más amplia. A esto se suma un trabajo visual que, según el bajista, será impresionante: arte elaborado, pensado para escucharse con audífonos y sumergirse por completo, lejos de experiencias comprimidas como parlantes de teléfono o audífonos básicos.
El lanzamiento del doble álbum está previsto para finales de marzo o comienzos de abril de 2026 a través de Nuclear Blast.
Parte de las sesiones de guitarra se realizaron en un estudio privado en Miami propiedad de Barry Gibb (Bee Gees), gracias a la relación de la banda con Steve Gibb (Black Label Society, Crowbar). El resto de las guitarras, junto a voces y detalles adicionales, se registraron nuevamente en el estudio de Keenan. La producción estuvo a cargo de Warren Riker, a quien Landgraf elogió por capturar la esencia del grupo con una claridad y fuerza sobresalientes.
En cuanto al sonido del nuevo material, Landgraf adelantó que habrá pasajes pesados al clásico estilo C.O.C., pero también se aventuran a terrenos sorpresivos. El álbum incluirá momentos más rítmicos, interludios con un aire Pink Floyd, narraciones, elementos de ciencia ficción y cambios inesperados entre cada canción. En palabras del bajista, no será un disco donde cada tema suene parecido, como podría ocurrir con bandas más lineales: aquí cada pista se convierte en una incógnita.
En septiembre pasado, la banda publicó una versión especial del clásico Fire And Water, de la agrupación británica Free. Esta grabación surgió de manera espontánea durante los descansos en el estudio y se convirtió en la primera entrega de las llamadas Riffissippi Studio Jam Sessions, una colección de interpretaciones libres de canciones que han marcado a los miembros de C.O.C.
La banda viene de completar una extensa gira por Norteamérica apoyando a Judas Priest y Alice Cooper, que se desarrolló entre el 16 de septiembre en Biloxi, Mississippi, y el 26 de octubre en Houston, Texas, incluyendo varias fechas como cabeza de cartel.
Con más de cuatro décadas de trayectoria, Corrosion Of Conformity ha dejado una huella profunda en el metal, desde sus raíces en el hardcore punk en 1982 hasta su evolución hacia un metal denso, groovero y cargado de identidad. A lo largo de diez álbumes aclamados por la crítica, el grupo ha demostrado ser una fuerza creativa capaz de reinventarse sin perder su esencia.
Su último larga duración, No Cross No Crown (2018), marcó el regreso de Keenan a las grabaciones tras más de una década. El disco alcanzó el puesto 67 en Billboard Top 200, el número 12 en Top Current Albums y el número 3 en Top Hard Music Albums, convirtiéndose en el álbum más exitoso de su carrera.
En octubre de 2024, C.O.C. incorporó oficialmente a Bobby Landgraf —conocido por su trabajo con Down y como técnico de bajo de Pantera— para cubrir el puesto dejado por Mike Dean, bajista fundador que anunció su salida en septiembre del mismo año. En paralelo, la banda continúa lidiando con la ausencia del histórico baterista Reed Mullin, fallecido en enero de 2020 tras años de complicaciones de salud.
El vínculo entre Keenan, Weatherman, Dean y Mullin se reactivó en 2014, cuando Pepper regresó tras una década de trabajo con Down. Lo que comenzó como la idea de tocar un par de conciertos terminó convirtiéndose en giras masivas y en la génesis de No Cross No Crown, grabado a lo largo de un año en un estudio de Carolina del Norte junto al productor John Custer.
Con un presente renovado y un futuro inmediato cargado de ambición, Corrosion Of Conformity se prepara para firmar uno de los discos más audaces de su carrera.


0 Comentarios