Con su quinto álbum Vurias, los alemanes Thron vuelven a mutar su propio ADN musical, expandiendo fronteras y profundizando en ese black metal de espíritu clásico que nunca deja de contagiarse de otras influencias. Para entender cómo ha evolucionado la banda, la fuerza creativa detrás del disco y el simbolismo que lo rodea,El sitio metal1.info hablo con PVIII, guitarrista y principal compositor del grupo. Entre risas, sinceridad brutal y mucha reflexión, nos abre una ventana hacia el origen emocional y artístico del que es, según él mismo, su trabajo más furioso hasta la fecha.
PVIII, gracias por tu tiempo. Entremos en materia. Desde que publicaron su debut en 2017, no han parado de lanzar material de altísima calidad, y con Vurias ya suman cinco discos. ¿De dónde sacas tanta energía creativa?
Gracias a ti. La verdad es que ni yo mismo lo tengo claro. Compongo prácticamente toda la música y, a veces, no sé de dónde viene la fuerza o el tiempo para hacerlo. Lo único que sé es que es un impulso interno, una necesidad de satisfacción, ese chute de endorfinas y dopamina que te deja bien después. Suena casi sexual, ¿no? (ríe). Pero es real: hay algo dentro que me empuja a seguir, incluso con el trabajo, la familia y la vida diaria encima... o quizá precisamente por eso.
-¿Has notado una evolución clara desde aquel primer álbum hasta llegar a Vurias?
Totalmente. Aunque llevo tocando desde 1990 en bandas de metal, rock o proyectos más experimentales, en 2015 tuve que aprender lo que significaba tocar en Thron. Si escucho ahora nuestras primeras canciones, me hace gracia: parecen escritas por alguien totalmente novato, no por alguien con 25 años de trayectoria. Creo que simplemente no puse demasiado esfuerzo en ese momento (ríe).
A partir de Abysmal, el segundo álbum, nos lo tomamos más en serio. La evolución vino cuando empecé a permitirme más influencias, a confiar en mi intuición y en mis tripas. Con cada disco pensé menos, analicé menos… y dejé que la música fluyera. Lo normal es lo contrario, pero supongo que yo hago todo al revés.
-No encontré explicación del título. ¿Qué significa Vurias?
Proviene del latín Furias, furia, ira. Cambiamos la F por una V para simbolizar que es nuestro quinto álbum. Y sí, me parece el disco más rabioso que hemos hecho.
-El arte del álbum es espectacular. ¿Cómo se relaciona con la música?
Admiro desde hace años el trabajo de Daniele Valeriani, que ha trabajado con Mayhem, Dissection, Candlemass, Behemoth. Le escribí y tardó en responder, pero resultó que ya conocía nuestro disco anterior, Dust, y le gustaba. No estaba aceptando encargos nuevos, así que le pregunté si tenía obras ya terminadas. Me enseñó varias piezas increíbles y esta me atrapó de inmediato. No sé explicarlo, pero despertó algo en mí.
Lo curioso es que aún no teníamos letras ni música terminada, pero yo sabía que ese sería nuestro arte. Y probablemente influyó en el disco de forma subconsciente.
-En lo lírico, ¿qué temas aborda Vurias?
Muchos procesos internos: decadencia, renovación, explorar la propia oscuridad. Algunos textos son casi espirituales; otros observan lo social sin caer en lo panfletario. Hay mucha introspección, rabia y frustración ante lo que pasa en el mundo… pero también la idea de que nada es realmente nuevo, que la humanidad repite patrones desde siempre.
-El disco trae influencias claras del rock de los 70 y del heavy metal clásico, algo que ya habían mostrado antes. ¿Es una decisión consciente o pura intuición?
Principalmente intuición. Después viene la voz racional que dice: “¿Podemos hacer esto?” (ríe). Por suerte, mis compañeros me frenan en ese punto y me dicen: “Da igual, suena genial”.
Musicalmente soy muy amplio: escucho desde Einstürzende Neubauten hasta lo-fi black metal, John Coltrane o Kate Bush. Pero crecí con metal clásico, luego death y black, así que todo acaba mezclándose.
-Vienen de Schwarzwald, una zona asociada a lo ancestral y lo mítico, muy ligada al black metal. ¿Cuánto influye ese entorno en Thron?
Mucho, aunque de forma ambigua. Esta región tiene ese lado arcaico del que hablas, pero también otro muy turístico y edulcorado que me saca de quicio. Bollenhut, tartas, relojes de cuco… todo eso. Y rara vez se recuerda que aquí los romanos dejaron mucho legado.
Cerca de mi casa hay un anfiteatro romano enorme en la parte suiza (Augusta Raurica), hoy usado para conciertos al aire libre. También está Basilea, con sus museos, su escena metal tan viva y esa mezcla industrial y cultural tan potente.
La naturaleza pura existe, pero hay que saber encontrarla. Y sí, todo eso, junto al río Rin, termina impregnando nuestra música.
-Hablemos del concepto de “patria”. La región tiene presencia de grupos de extrema derecha, y es común escuchar la frase “la música no debería ser política”. ¿Qué opinas?
Primero: odiamos a los nazis con toda el alma. No entiendo qué tiene de rebelde seguir una ideología totalitaria que aplasta la individualidad.
Las dictaduras comunistas también causaron sufrimiento, claro, pero no veo ese peligro hoy; el fascismo, en cambio, sí está al acecho. Así que no me vengan con “¿y la izquierda?”.
Sobre la música: cada quien decide. Napalm Death son increíbles. Nadie es totalmente apolítico; incluso comprar carne en el supermercado tiene un impacto político.
Como Thron no tratamos mucho estos temas para no caer en consignas simplistas, pero yo no tocaría en un festival dominado por NSBM. Lo haría, en cambio, en uno donde haya bandas “sketchy”, para demostrar que se puede hacer metal sin ese discurso y, si se puede, dejarlos en evidencia (ríe).
-La escena extrema suele ser rígida respecto a sus propias reglas. ¿Crees que con Vurias están rompiendo convenciones?
No buscamos oponernos a nadie. Si compones pensando en contradecir a otros, ya no lo haces para ti. Seguimos nuestro instinto: si a alguien le molesta, bien; pero ese no es el punto. La meta es crear algo con lo que nos identifiquemos nosotros… y, con suerte, también el oyente.
-En 2026 tocarán en el festival Karmoygeddon, compartiendo escenario con Old Man’s Child. ¿Qué significa para ustedes?
Además del peso de las bandas noruegas en nuestra formación, está la naturaleza de Noruega. He viajado dos veces y me marcó profundamente. Allí encuentro lo que falta en Europa Central. El Schwarzwald y los Alpes están saturados de turismo masivo; el norte aún tiene ese sentimiento de aventura y soledad real.
Sentí cosas similares en Islandia o en ciertas zonas del oeste de Estados Unidos. Esa amplitud…
Y claro, tocar con Old Man’s Child también es una pasada.
-Vurias es un disco muy atmosférico. ¿Tienen rituales antes de salir al escenario?
Buscamos crear una atmósfera propia con luces, humo y presencia, sin exagerar. Solo algo denso y orgánico que encaje con nuestra música.
Antes del show intentamos reunirnos los cinco para entrar en sintonía y darnos energía. A veces es imposible con cambios rápidos de escenario, pero lo intentamos.-
Lineup:
Samca – Vocals
PVIII – Guitars
Ravendust – Guitars
SXIII – Bass
J – Drums
Tracklisting:
1“The Serpent’s Path”
2“Astral Materia”
3“Hubris’ Crown”
4“A Paradox”
5“Ungemach (Stilles Ende)”
6“One Truth, One Light”
7“Griefbearer”
8“The Hunter And The Prey”
9“The Metamorph’s Curse” *



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