El cuarteto estadounidense de Hard Rock Crobot vuelve a rugir con “Gun To My Head”, su nuevo y explosivo single que marca el inicio de una nueva era para la banda. Con un sonido cargado de groove, actitud y ese espíritu de carretera impregnado en grasa y fuzz, el grupo demuestra que ha vuelto a conectar con sus raíces más salvajes.
El vocalista Brandon Yeagley sigue predicando su evangelio rockero desde el micrófono, como un chamán eléctrico armado con armónica y una voz que exuda poder. A su lado, Chris Bishop mantiene el rol de hechicero del riff, con un tono áspero y aceitoso que parece querer escapar del amplificador. La nueva sangre de los hermanos Willie y Nico Jansen (bajo y batería) le da a Crobot un pulso peligroso, con una base rítmica densa, pesada y absolutamente contagiosa.
“Gun To My Head” funciona como declaración de principios: Crobot no busca nostalgia, sino resurrección. Han desnudado su sonido hasta el músculo y el alma, recuperando esa intersección sagrada donde el peso de Black Sabbath se mezcla con el funk psicodélico de Funkadelic, el groove sucio de Clutch y la sensualidad callejera de los Red Hot Chili Peppers de Blood Sugar Sex Magik.
“Este tema representa una mirada hacia adentro”, explicó Yeagley. “Habla de esas presiones internas que te obligan a transformarte. Cada nota tiene un propósito, cada palabra un peso. Con esta canción grabamos algo que sentimos como una marca de sangre dentro de la historia de Crobot”.
El resultado es un tema que late entre la rendición y la redención, un torbellino sonoro que demuestra que la banda está más viva que nunca. Crobot no está buscando relevancia: está buscando el fuego. Y con “Gun To My Head”, lo han encontrado.
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