DAVE MUSTAINE ESTALLA EN UNA ENTREVISTA SOBRE METALLICA: USARON MIS CANCIONES Y DESPUÉS ME ENTERRARON”


En una entrevista extensa y sin restricciones que se acerca a las tres horas de duración, el fundador de Megadeth, Dave Mustaine, se sentó con el ex Navy SEAL y contratista de la CIA Shawn Ryan para el explosivo Shawn Ryan Show, un espacio conocido por llevar las conversaciones a un plano emocional y profundamente humano. En este escenario, Mustaine se abrió como pocas veces antes para revivir su pasado más tormentoso: su expulsión de Metallica en 1983, y todo el fuego que eso desató.

Con la franqueza brutal que lo ha caracterizado desde siempre, Mustaine repasó su llegada a Metallica y cómo encontró el aviso que cambiaría su vida en las páginas del periódico angelino *The Recycler*.

“Había terminado con mi banda Panic, y empecé a buscar algo nuevo. Vi el aviso en The Recycler. Decía que buscaban a alguien que tocara como Motörhead y Budgie. Yo pensé: ‘¿Budgie? Estos tipos saben lo que hacen’. Budgie era una banda densa, cruda, casi desconocida para muchos. Ahí supe que hablábamos el mismo idioma musical. Ese fue el rompehielos”, relató con nostalgia, pero también con algo de amarga ironía.

Fue entonces cuando Lars Ulrich lo llamó. Y la conexión fue instantánea.

“Nos pusimos a conversar y quedamos en vernos. Me mostró ‘Hit the Lights’, pero esa canción, debo decirlo, la había escrito Lloyd Grant, no Metallica. Pensé de inmediato que necesitaba más solos. Fui a la casa de Ron McGovney, donde ensayaban. Empecé a calentar... pero nadie entraba. Salí y les pregunté: ‘¿Vamos a tocar o qué?’ Me respondieron: ‘Tienes el puesto’. Ni siquiera habíamos tocado juntos aún. Pero yo sabía que ese lugar era mío. ¿Quién estaba haciendo lo que yo hacía en ese momento? Randy Rhoads, Warren DeMartini… y yo. No había muchos guitarristas como yo en ese entonces”.

Sin embargo, la historia que comenzó como un sueño terminó en uno de los capítulos más dolorosos de su carrera.

Mustaine rememoró el viaje a Nueva York que cambiaría su destino para siempre:

“Nos estábamos mudando porque Lars había conseguido un mánager, Jonny Zazula. Él había escuchado la demo No Life ’Til Leather y estaba emocionado. Durante el viaje tuvimos un accidente en la nieve. Yo iba manejando un camión Ryder de 24 pies, con una barra de remolque. Golpeamos hielo negro, derrapamos. Casi mato a nuestro productor Mark Whitaker, pero logré salvarle la vida”.

Poco después de ese viaje, y tras apenas dos conciertos en suelo neoyorquino, Mustaine despertó con la peor noticia:

“Me levantaron una mañana y me dijeron: ‘Estás fuera de la banda’. Así. Sin advertencias. Sin segundas oportunidades. Me enfadó tanto... y esa furia fue mi combustible para seguir. Les dije que no usaran mi música, y lo hicieron de todos modos”, dijo con una mezcla de rabia y resignación.

Dave no se contuvo al detallar cuánto de Metallica lleva su sello personal:

“‘Ride the Lightning’, ‘The Call of Ktulu’, ‘Phantom Lord’, ‘Metal Militia’, ‘Jump in the Fire’, ‘The Four Horsemen’… Incluso partes de ‘Leper Messiah’. Todos esos riffs son míos. Hasta los solos del primer disco son los que yo escribí. Kirk Hammett solo trató de copiar lo que yo ya había hecho”.

Cuando Ryan le preguntó si le parecía justo haber sido expulsado cuando todos bebían por igual, Mustaine respondió con una claridad demoledora:

“Nos llamaban Alcoholica por algo. Todos bebíamos. Pero cuando yo lo hacía, me volvía violento. Recuerdo una vez en el club Mabuhay Gardens, en San Francisco. James Hetfield estaba conmigo. Nos metimos en un lío en un callejón. Un tipo vino hacia nosotros. James empezó a gritar: ‘¡Mátenlo!’. El tipo se me vino encima, y yo lo mandé al suelo. Les mostré que podía protegerlos, que era alguien a quien tener cerca. Pero supongo que ellos solo vieron un problema”.

A más de cuatro décadas del incidente, la herida no ha sanado del todo. Y aunque Dave ha seguido construyendo una de las carreras más poderosas del metal con Megadeth, no deja de lanzar miradas al pasado.

“Me echaron de la banda, usaron mis canciones, y después me enterraron. Pero nunca dejé que me destruyeran. Esa ira fue mi motor. Si no me hubieran botado así, Megadeth nunca habría nacido. Les debo mi odio, y gracias a eso tengo mi legado”.

Palabras que retumban como truenos en el universo del metal. Porque mientras Metallica escribía historia, Mustaine forjaba la suya… a fuego, riffs y venganza.





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