En una entrevista reciente con Gastão Moreira para *Bangers Open Air*, el legendario guitarrista de Slayer, Kerry King, recordó su fugaz paso por Megadeth durante los primeros días de la banda liderada por Dave Mustaine. King, quien participó en los primeros cinco conciertos del grupo como guitarrista invitado, no dudó en compartir su visión sobre aquella etapa, su relación con Mustaine y cómo, según sus propias palabras, ambos habrían terminado chocando inevitablemente.
“Todavía amo a Dave Mustaine hasta el día de hoy. Es uno de los guitarristas más increíbles que existen, sin duda. Cuando me enteré de que quería que tocara la segunda guitarra, me sentí halagado. Incluso entonces, ya pensaba que era un monstruo con las seis cuerdas”, confesó King, según declaraciones recogidas por *Blabbermouth.net*.
King, quien ya militaba en Slayer en ese entonces —banda que cofundó en 1981 y que redefinió el thrash metal junto a Metallica, Megadeth y Anthrax—, aseguró que su decisión de no quedarse en Megadeth fue la correcta: “Estoy seguro de que lo consideré, pero Slayer es donde pertenezco. Y en retrospectiva, fue la mejor elección. Dave y yo nos habríamos enfrentado como si no hubiera un mañana. Su personalidad... Quiero decir, solo mira cuántas personas han pasado por su banda. ¿Cincuenta? Me gusta estar con él 20 minutos, y luego decir ‘nos vemos en un año’”.
En enero, King también rememoró la primera vez que vio a Metallica en 1982, cuando Mustaine aún formaba parte del grupo: “Tocábamos en un lugar habitual llamado Woodstock, en Anaheim. Yo estaba entre James Hetfield y Ron McGovney, y ver a Mustaine tocar sin mirar sus dedos me voló la cabeza. Pensé: ‘Yo no puedo hacer eso’. Era brutal. Y muchos riffs se fueron con él cuando dejó Metallica. Escribió toneladas en esos primeros años”.
Cuando se le preguntó si, tras ver a Metallica, pensó en seguir una ruta similar pero más intensa, King fue tajante: “No fue eso. Ya estábamos metidos en cosas más extremas. VENOM, MOTÖRHEAD... íbamos hacia algo más oscuro. Metallica eran de California, aunque les guste que los llamen de la Bay Area. Ellos simplificaron todo, pero nosotros tomamos otro camino. Al final, ellos se convirtieron en la banda de metal más grande del planeta”.
Sobre su relación actual con los miembros de Metallica, King fue honesto: “Mustaine es genial, pero no puede evitar meterse el pie en la boca. Así que me quedo con mis 20 minutos y me voy antes de que algo se ponga raro. James es un buen tipo, aunque rara vez lo veo. Kirk, Rob, Lars... todos son buena onda, salimos cuando hay oportunidad”.
Durante una sesión de preguntas con lectores de *Metal Hammer* en Reino Unido, se le preguntó a quién habría elegido si pudiera haber estado en cualquier otra banda. Su respuesta fue directa: “Estuve casi en Megadeth. Si Dave y yo hubiéramos coexistido cuatro años, habría sido una banda muy distinta. No mejor, solo diferente”.
En otra entrevista, esta vez con la serie *Wikipedia: Fact Or Fiction?* de *Loudwire* en 2015, King habló de cómo se involucró inicialmente con Megadeth: “Creo que fue por B.C. Rich. Todos usábamos guitarras de esa marca. De alguna manera, Dave se enteró de mí y me preguntó si quería tocar con ellos. Pensé: ‘Esto es una experiencia de aprendizaje’. También pensé que, al tocar con ellos, la gente me asociaría con Slayer. Así que lo hice por buenas razones. No fui a decir ‘quiero estar en Megadeth’. No entiendo cómo alguien puede durar más de un par de horas ahí. Ese tipo está loco”.
Cuando se le preguntó si tuvo alguna mala experiencia con Mustaine en aquellos días, King explicó: “Era más tranquilo en ese entonces. Han pasado muchas cosas desde entonces, muchas drogas, muchas locuras que moldearon lo que es hoy. Pero eran buenos tiempos. Tocábamos en los mismos lugares que Slayer. Su música es más intrincada, no mejor ni peor, simplemente diferente. Después de varios meses tocando con él, me di cuenta: no es lo mío”.
A pesar de las diferencias, King subió al escenario con Megadeth en octubre de 2010 en el Gibson Amphitheatre de Universal City, California, para interpretar el clásico “Rattlehead”. Un momento que, aunque breve, fue un guiño histórico a una relación que, de haber durado más, habría cambiado el rumbo del thrash metal.


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